Paridad en la reforma de la Constitución de Santa Fe

Silvia Augsburguer

Dirigenta política feminista. Diputada Nacional (MC)

Por estos días transitamos tiempos históricos en Santa Fe: se va a reformar la constitución provincial que data de 1962 y que, luego de la reforma de la constitución nacional de 1994, no fue modificada.

La razón por la cual pasaron tantos años sin que se lograra el consenso político para la reforma fue siempre la misma: el gobernador de turno buscó la reelección que el actual texto constitucional prohíbe expresamente. En esta oportunidad, con mayoría en ambas cámaras, el oficialismo consiguió lo que buscaba y el gobernador actual accederá a la posibilidad de un nuevo período de gestión.

Aunque son tiempos de retrocesos en lo que refiere a derechos de las mujeres y disidencias, desde el movimiento feminista nos hemos propuesto dar la pelea para que en la constitución reformada de Santa Fe queden incorporados los avances que en materia de igualdad de género hemos conquistado en las últimas décadas. En particular, estamos abocadas a incorporar al nuevo texto constitucional la paridad de género en todos los poderes del Estado.

La ley de paridad santafesina, Ley 14.002, fue sancionada en 2020 al calor del trabajo que nos dimos las mujeres organizadas de todo el país nucleadas en Ojo Paritario. En su texto, la ley establece:

“El principio de paridad de género en la composición e integración del Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Poder Judicial, partidos políticos, entes públicos o con participación estatal y asociaciones, consejos y colegios profesionales.”

Partiendo de este piso de igualdad conquistado en la ley provincial, desde la Asamblea Lesbotransfeminista de Rosario, que nuclea a casi 80 organizaciones feministas de nuestra ciudad, presentamos a la convención reformadora un proyecto que establece el principio de paridad de género en las medidas de acción positiva que se incorporen en esta reforma. También planteamos la modificación del articulado constitucional para incorporar la obligación de la paridad en forma taxativa en cada uno de los poderes del Estado.

Asimismo, el proyecto que presentamos establece una cláusula transitoria para que se incorporen mujeres en la Corte Suprema de Justicia cada vez que se produzca una vacante, hasta que se alcance la paridad. Actualmente hay una sola integrante mujer de un total de siete supremos, que solo finalizarán sus mandatos al alcanzar la edad de 75 años.

En los fundamentos del proyecto insistimos en que el nuevo texto constitucional debe receptar el mandato de la Constitución Nacional en su artículo 37, que establece:

“Esta Constitución garantiza el pleno ejercicio de los derechos políticos, con arreglo al principio de la soberanía popular y de las leyes que se dicten en consecuencia. El sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio. La igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres para el acceso a cargos electivos y partidarios se garantizará por acciones positivas en la regulación de los partidos políticos y en el régimen electoral.”

Del mismo modo, señalamos lo prescripto en la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), también con rango constitucional en el artículo 75 inciso 22, que fija estándares muy claros respecto de la responsabilidad del Estado en revertir las desigualdades estructurales que limitan la vida de las mujeres y sus posibilidades de desarrollo.

En la presentación también denunciamos que la ley que habilitó la reforma impide el debate tanto de la composición de la Cámara de Senadores como de la forma de elección de sus integrantes, coartando de este modo la incorporación de mecanismos para lograr la paridad efectiva en un cuerpo históricamente masculino y vedado a las mujeres.

Al no habilitarse la reforma de la composición del Senado se perdió una oportunidad única de que la provincia cuente con un diseño institucional que permita la incorporación de mujeres a esa cámara. Al ser un cuerpo legislativo electo por cargos uninominales, mientras las listas sigan siendo encabezadas por varones, las mujeres seguirán ausentes.

El monitoreo de las elecciones provinciales realizado por DataGénero en 2025 comprueba que tan solo el 25% de las listas fueron encabezadas por mujeres. Este patrón histórico de exclusión se evidencia en que, en las elecciones de 2023 para el Senado provincial, la totalidad de los candidatos electos fueron hombres. Hoy solo hay una mujer en esa cámara, debido al reemplazo de un senador que pidió licencia para ocupar un ministerio.

En las elecciones de Convencionales Constituyentes de abril de este año, donde se eligieron 50 convencionales por lista única provincial y 19 por distritos departamentales, fueron electas 26 mujeres, pero ninguna en representación departamental.

Los números son contundentes: donde no existen mecanismos explícitos que garanticen la participación equitativa, las mujeres estamos ausentes o infrarrepresentadas. En el proceso de elección de autoridades de la convención constituyente, de los cuatro cargos (un presidente y tres vicepresidentes), solo una mujer resultó electa. En la presidencia de comisiones se eligieron seis vicepresidentes varones y solo una mujer.

La exclusión de las mujeres de los espacios de decisión es una forma de violencia política. La presencia equitativa en los poderes del Estado es crucial para garantizar una democracia plena y representativa. Cuando las mujeres están ausentes, las decisiones no reflejan la diversidad de la sociedad ni las experiencias de vida de una parte significativa de la ciudadanía. Esto socava la legitimidad de las instituciones y limita la capacidad del Estado para responder a las demandas sociales.

La paridad de género no es una demanda “sectorial” sino una exigencia urgente de la democracia para no seguir discriminando ni excluyendo a más de la mitad de la población. Aunque ya no se escuchan argumentos como los del “cerebro más pequeño” o la “destrucción de la familia” que circularon cuando se discutió el voto femenino, la resistencia a la participación de las mujeres persiste. Solo la fuerza de nuestras convicciones y la organización feminista nos permite avanzar lentamente hacia sociedades más inclusivas, justas y equitativas, desafiando los estereotipos de género y transformando la realidad en un sentido positivo.

En ese camino estamos. Nos inspiran las feministas que nos precedieron y nos alientan las redes y organizaciones colectivas que hemos sabido construir. Nuestra historia es de exclusión, pero sobre todo es de lucha y rebelión por condiciones de vida más justas e igualitarias.

Por estos días, se escribe un nuevo capítulo en la provincia de Santa Fe. La nueva constitución tiene la oportunidad de dar un gran paso adelante. Mujeres y disidencias estamos dando la batalla.

Candidatas

Candidatas es una iniciativa de DataGénero y Ojo Paritario, auspiciado por la Fundación Friedrich-Ebert-Stiftung (FES) que pone el foco en el cumplimiento de la paridad y la participación política de las mujeres,  travestis y personas LGBTI +, monitoreando y sistematizando información sobre el Congreso Nacional, así como las legislaturas provinciales, gobernaciones e intendencias de todo el país.

 

Podés encontrar toda la información de la edición 2025 en datagenero.org/candidatas2025. Además, también están disponibles las bases de datos de todas las ediciones.

 

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